El caballero de Olmedo

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Martes, 28 | TEATRO CORSARIO
El caballero de Olmedo
de Lope de Vega
Dirección: Fernando Urdiales
Reparto
Borja Zamorano
Rosa Manzano
Luis Miguel García
Verónica Ronda
Patricia del Amo
Rubén Pérez Delgado
Borja Gutiérrez-Semprún
Julio Lázaro
Jesús Peña
“El caballero de Olmedo”, de Lope de Vega, será el decimosegundo montaje clásico del Teatro Corsario. Compañía señera en España en esta especialidad, ha recibido recientemente, entre otras distinciones, el Premio ADE (Asociación de Directores de Escena) a la trayectoria por su dedicación al Teatro Clásico.
Todos los montajes del Teatro Corsario, dirigidos por Fernando Urdiales, han sido concebidos para públicos diversos. La historia de “El caballero de Olmedo”, fácilmente comprensible, recordará otros tantos títulos en los que el amor, la muerte y el destino a los que está sometido el héroe, suscitarán la pasión y el entusiasmo de un público de hoy.
Fue Federico García Lorca quien desempolvó la obra y la dio a conocer con su compañía “La Barraca”, dentro de las misiones pedagógicas de la II República, llevándola a los pueblos y ciudades de España. “Bodas de sangre”, escrita por el propio Lorca, ahonda en la influencia que ejerce sobre su autor la obra de Lope de Vega. Hoy es habitual que “El caballero de Olmedo” se integre dentro de los planes de estudio, por lo que creemos muy útil la representación del texto para alumnos de colegios e institutos.
El espectáculo, una coproducción entre Teatro Corsario y la Fundación Siglo para las Artes en Castilla y León, con la colaboración de “Olmedo Clásico”.
La versión destaca el carácter de “tragicomedia” con que el autor califica su propia obra. Se trata de un género genuinamente español, heredero en su estilo de “La Celestina”, de Fernando de Rojas, mezcla de tragedia y comedia. Desde nuestro punto de vista, el contenido trágico predomina sobre la bien sazonada comedia. Uno de los elementos claves del trasunto trágico es que al igual que en el “Edipo” de Sófocles, el público conoce de antemano el destino del héroe: “Que de noche le mataron…”
Básicamente, son tres los ingredientes que configuran la obra: Amor, Muerte y Destino, encarnado este último en la trágica ironía del personaje de Fabia que, a modo de oráculo, pronostica y a la vez precipita el Destino de un héroe, cuyo papel básico es ser victima de la Muerte. En efecto, la premonición de la muerte del Caballero, está en la esencia del espectáculo y la influencia del estilo de las tragedias de Sófocles es obvia.
La extraordinaria elaboración dramática que Lope efectúa en “El caballero de Olmedo” la elevan a la categoría de obra maestra por la fusión tan eficaz de los ingredientes que utiliza: tradición, elementos del folklore popular, comedia y tragedia.
Pero aún hay más sugerencia que engarzan todo ello con la tradición sofoclea. Existe un coro que informa del desarrollo de la acción y de su final. Los actores asisten conscientemente a la representación y desdoblamiento de sus personajes y crean un hecho dramático peculiar debido a esta particularidad. Su participación, mostrada con evidencia en la mutación de elementos escenográficos o de elementos de vestuario y de atrezzo, proporcionan significados que definen la particularidad de la puesta en escena.

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