Una universidad que considera a las personas que la integran su principal activo y que estimula el desarrollo del potencial humano, ciudadano y profesional de sus miembros, no puede admitir conductas que atenten contra los derechos fundamentales y la dignidad de las personas. Por ello, con el compromiso de preservar la salud, la dignidad y la integridad física y moral de todos los miembros de la comunidad universitaria, la Universidad de Salamanca reconoce la necesidad de prevenir todo tipo de acoso e imposibilitar su aparición, así como de erradicar todo comportamiento que lo constituya.